jueves, 9 de abril de 2009

Crónica 5. Etapa 1. 33 km

Lunes 30 de marzo

Lunes 30 de marzo


A las seis suena el despertador. Casi ninguno lo necesitamos porque no habíamos dormido casi nada. Bajamos a desayunar al bufet del hotel con el traje de faena que era lo único que teníamos. No teníamos hambre porque tras 3 días sin hacer nada cada día estábamos más gordos.
Autobús a la salida que estaba a unos cuantos kilómetros en medio de una llanura pedregosa con unas montañas de arena al fondo, “el mar de dunas”. Un montón de fotos antes de salir, muchos nervios y mucho frio. Yo para variar tiritando de frio y con muchas ganas de salir para dejar de pasar frio.
Mi idea de carrera era salir tranquilo y sin obsesión por la clasificación, sin mucho desgaste para no meterme entre los 50 primeros y salir pronto en la etapa larga. Nos pusimos en la línea de salida y a eso de las 10 de la mañana tras la charla técnica salimos todos adelante. La primera parte de la etapa era una zona pedregosa en ligera ascensión- Yo que había salido muy despacio fui sobrepasando gente poco a poco a la vez que iba saludando a los españoles. Tampoco quería llegar muy atrás a las dunas por si se producían atascos en alguna zona. Al llegar a las primeras dunas estaban bastante duras y no te hundías demasiado el subir, si al bajarlas pero las polainas cumplían muy bien su función. Eran verdaderas montañas de arena, muy bonitas, de típica postal del desierto. Me encontraba muy cómodo corriendo y subía las dunas con facilidad. No hacía demasiado calor pero aun así bebía y comía constantemente, y me tomaba una pastilla de sal cada media hora de carrera, la verdad es que todo iba bastante bien. En las dunas se van formando pasillos por los que todos pasamos, yo intentaba coger pasos alternativos para no hundirme en la arena. En unas ocasiones lo conseguía y en otras me iba peor. Al cabo de un rato veo a Almasy delante hasta que llego a su altura, y le digo que esto es largo que mejor despacio y tal y cual, nos juntamos con Ismael y así los tres juntos vamos un rato pero al salir de las dunas ya no viene detrás. Así llego al control CP1 donde cojo agua, y sigo sin parar nada.
Amplia llanura con varios corredores en el horizonte y un poco de aire en contra, intento no regular no picarme con los de delante aunque se vayan y lo consigo, pasamos por un poblado abandonado y así hasta el CP2. Un poco más adelante pasamos por unos pastos antes de llegar a las dunettes, pequeñas montañas de dunas donde tendríamos 5 km para meta. Ahí dejé de ver señales y unos cuantos corredores nos detuvimos dudando un buen rato. Sacamos la brújula y tiramos a 110º al norte que es lo que indicaba el road book, así llegamos al mar de dunettes. Didi venía detrás nuestro todo el rato. Aquí dos daneses tiraron para delante y yo junto a un mejicano seguí unas huellas que giraban a la izquierda, lo que fue un error que nos hizo dar un pequeño rodeo. Es agotador correr por las dunettes sube-baja todo el rato. Agotador. Me encuentro con Josef Akram que va fundido pero está cerca de meta. Ver el campamento es como si vieses un oasis, es una sensación de tranquilidad y seguridad impresionante. Corro todo lo que puedo para cruzar el arco. Allí poca gente ha llegado pero yo no sabía el puesto ni me importaba. Me dan 4,5 litros de agua y a la haima a estirar mientras viene el resto.
Poco a poco van llegando los compañeros de las haimas y los kroquetas. Hacemos la comida liofilizada y nos acostamos un rato. Voy a llamar a María por el teléfono vía satélite de la organización y le digo que todo está ok y que me he sentido realmente bien. Que avise a la familia etc. La sensación que te queda al colgar es de pena, y de que quieres que pase todo aunque estés bien, la echaba de menos y tenía ganas de verla ya, pero solo serían unos días.

Al volver a la haima ya estaban las clasificaciones y yo había entrado en el puesto 52 con 3 horas y media. Así que supercontento. No se el tiempo que había perdido al perdernos, pero daba igual. Me curé las ampollas y al saco pronto porque enseguida hacía frio por la noche.

En el saco tengo que destacar el humor de los amigos kroquetas que estaban constantemente haciendo el chorra. Esto te hace pasar unos ratos maravillosos.

A las 7 de la tarde nos llegaron los emails de ánimos. 7 hojas de mensajes recibí, no pude evitar leerlos entre un hilo de lágrimas que caían al saco, simplemente de ver que a cientos de kilómetros de tu casa hay mucha gente que se acuerda de ti y te sigue. Mensajes de ánimo, chistes de amigos (se lo pedí antes de ir, etc..)


Almasy estaba en la haima muy desmoralizado, no estaba contento, no le había gustado, no era lo que se esperaba, en fin estaba triste. Por otro lado yo estaba con dudas de cómo correr al día siguiente, si ir mucho más tranquilo para no entrar entre los primeros o tirar y que fuera lo que fuera. Había ido a competir y eran demasiados km de entrenamiento como para ir solo a pasear. Decidí olvidarme de la clasificación y correr bajo lo que me marcara mi instinto, la carrera me pondría en mi sitio. Así que a dormir bajo un manto de estrellas realmente impresionante.

Mis daños colaterales eran solo 5 ampollas en los dedos. Esto no resulta problemático porque no te impide correr, lo peor es las plantas, y otras zonas.








3 comentarios:

Guille dijo...

Primera etapa muy sobradete se te ve

Merak dijo...

cinco ampollas en los dedos?? ya me estoy acojonando, que yo tengo los pies de pitiminí

250km solidarios 2009 dijo...

pero no hay dolorrrr
sobradete no, reservón un poco