Esa fue la frase de nuestro amigo Nacho entrenando este mediodía por el retiro. Y es que ha sido unos de esos días en los que no entiendes nada, o casi nada. Un ritmo endiablado desde el principio impuesto por Josero. Íbamos los dos ahí echando el bofe, y nos hemos encontrado con Nacho que venía a nuestro encuentro. Josero seguía tirando del grupo. Al cabo de un rato Claudio y para que quieres más, a tirones todo el rato, a un ritmo del copón, y todos con la lengua fuera. Yo repitiendo una y otra vez que mi entrenamiento era suave que no debía ir a ese ritmo y al cabo de 5 segundos me ponía a tirar.
Nacho a los 20 minutos se ha dado la vuelta mandándonos al carajo. Otro ratico más y me he quedado en mi curro. Ha salido una hora y diez de infarto. Lástima que no llevaba el pulsómetro enchufado porque lo hubiera petado. En total 16 o 17 km me han salido.
Así estaba Nacho por la tarde en la oficina
A ver como rematamos la semana.
2 comentarios:
Me suena esa frase....
Por lo que cuentas yo tampoco lo entendería
Publicar un comentario